Deadpool es una película que se adapta (aparentemente) a la perfección al modelo pre-establecido.
Tiene su héroe atormentado y que solo busca venganza, con una historia de sufrimiento. Se siente un inadaptado (y lo es).
Hay novia guapa, amigo simpático, enemigo malísimo que no acepta bromas.
Pero el director, Tim Miller y los guionistas, Rhett Reese y Paul Wernick, le dan la vuelta al género para cachondearse de él y de sus personajes y hacer parodia de todos los convencionalismos trillados y ya gastados.
La virtud de Deadpool es precisamente construir una peli con la misma narrativa habitual y a base de diálogos divertidos, provocativos. Componer un divertimento que se ríe de todo, respetando un espíritu que dinamita sin que llegue a destruirlo.
Feliz reencuentro con la estupenda Morena Baccarin que estoy viendo en Homeland.
Estupendos los secundarios de lujo (de baratillo según los guionistas) Colosus,Negasonic Teenage Warhead y la fornida Gina Carano interpretando a Polvo de ángel.
El gran poder (debería decir superpoder) de la peli es que va a entusiasmar a los seguidores de Marvel y de sagas de super-héroes en general.
La continua tormenta de chistes y chascarrillos cuesta asimilarla y el público se ríe desincronizadamente según los va pillando. Yo me reía de los últimos.
El viernes de su estreno superó el millón cien mil euros, convirtiéndose en el mejor viernes del año.
Hay que ir a verla.
Solo un par de observaciones: los niños muy pequeños no la entenderán y su humor irreverente, iconoclasta, provocador puede no gustar a todo el mundo.
Lo engaña presentando como un documental, lo que es en realidad una ficción.
Con este juego nos muestra la sociedad iraní, llena de contradicciones, donde modernidad y tradición se mezclan, se confunden y colisionan.
Panahi no deja nada al azar y es el conductor de este taxi y de su peli.
Deposita mucha esperanza en su sobrinilla, una chica locuaz e inteligente que quiere seguir la carrera de su tío y nos expresa los límites que puede tener una peli en el Irán actual. Mucha sabiduría concentrada en un cuerpo pequeño.
El futuro del país está en esta niña y parece muy prometedor.
En Taxi Teherán, Panahi nos abre puertas a posibilidades narrativas para contar la vida cotidiana de un país.
Esta peli es la primera producida por la plataforma de visionado de series y pelis online Netflix.
Fue estrenada en unos pocos cines de los USA con un resultado modesto, pero en Netflix ha sido la peli más vista en la red.
Su realizador Cary Joji Fukunaga ha colaborado en la dirección de la serie True Detective.
La peli cuenta las desgracias de un niño soldado reclutado por un Señor de la guerra durante la Guerra civil de un país africano.
Mantiene un tono realista, descarnado que nos ofrece, o más bien nos castiga, con las fechorías de la guerra y las penalidades de este niño obligado a hacer cosas horribles.
Pero a mí personalmente no me ha impresionado demasiado. Podría haber sido un film que te cogiera por las tripas y te removiera, pero no lo consigue.
Tal vez estemos desensibilizados ante la tragedia humana.
Los pensamientos en off del niño protagonista lastran la narración y son absolutamente eludibles.
Idris Elba configura un personaje monstruoso con una interpretación soberbia. Hubiera sido de agradecer una nominación al Oscar.
Espero que tras el éxito comercial y artístico de esta producción, Netflix siga este camino que tan buenos resultados le ha dado.
Cuando era crío y después joven, fui muy aficionado al fútbol.
Fui perdiendo el interés los últimos años de Universidad.
Ahora detesto el fútbol por lo que tiene de gran, inmenso negocio. Donde se pagan millonadas por jugadores y trapichean directivos. Donde los ultras al amparo de su equipo cometen salvajadas.
Me irrita que ocupe mucho más tiempo en las noticias este deporte que todos los demás juntos y que la cultura.
El domingo siguiente a los Goyas mientras me duchaba oía la radio. El fútbol ocupó más de 15 minutos y los Goya (el gran acontecimiento anual del cine español) fue despachado en menos de dos minutos.
Estoy harto de oír declaraciones de futbolistas y entrenadores vacías de contenido y llenas de los más trillados tópicos.
A pesar de todo me decido a ver este documental de Álex de la Iglesia con guión de Jorge Valdano.
Amigos de la infancia, compañeros del Barsa, entrenadores, periodistas sentados en diferentes mesas van glosando la vida de Lionel Andrés Messi Cuccittini (Rosario, 24 de junio de 1987).
El director entremezcla con los comentarios escenas dramatizadas de la infancia del futbolista, confundiendo, impidiendo que sepamos que son imágenes reales o ficción.
Se construye un retrato más del mito que de la persona.
Es una hagiografía de la figura sin la persona.
Porque aunque se habla solo de él, Lionel está escondido. No hay declaraciones suyas y las que se presentan son solo respuestas de muy pocas palabras.
Reconozco que cuando se ha comparado con Diego Armando Maradona y he vuelto a ver imágenes de La mano de dios me he emocionado.
Dentro de mí aún queda el amante del buen fútbol.
Viendo jugadas portentosas como las de estos dos fenómenos de la naturaleza no puedo evitar conmoverme.
A pesar de sus defectos este documental deportivo de ficción me ha gustado.
Elena cambia en una tienda de Alcalá algunas series en DVD, que han perdido nuestro interés, por varias pelis, entre ellas ésta.
Rudolph Maté de origen húngaro cogió prestigio en Francia como director de fotografía. En 1935 se traslada a los USA y con su experiencia y buen hacer da el salto a la dirección.
Rodó westerns, cine policiaco, dramas y en su etapa final peplums.
No es considerado un autor, sino un artesano que trabajaba por encargo, con oficio pero sin nada que lo distinguiera.
Perseguida (Second Chance) se desarrolla en tres días en un país sudamericano.
Un boxeador, Robert Mitchum, que se enamora de una belleza como Linda Darnell, la ex de un mafioso.
Jack Palance hace de malo. ¿Qué gran malo!
Cuestiones a destacar:
– Un combate de boxeo por la tarde a pleno sol en una plaza de toros.
– Trata a los nativos (sudamericanos) como retrasadicos. Un claro tufo de superioridad del hombre blanco.
– El uso de transparencias, que se notan una barbaridad. Bastante penosas.
– Las maquetas de las montañas son de risa.
– El argumento es muy simple.
– El tratamiento de los personajes esquemático.
– Comprensible que todos se enamoren de la bellísima Linda Darnell.
– Robert Mitchum B como boxeador resulta poco convincente.
– La trama del teleférico es previsible y poco emocionante.
– La peli resulta curiosa de ver por su aire infantiloide y por la nostalgia que despiertan este tipo de pelis.
Habla de la pasividad con la que el Vaticano reaccionó ante el Holocausto judío.
La peli está contada desde el punto de vista de un oficial de la SS, Kurt Gerstein, un químico que colaboró en la elaboración del gas Ziklon B.
Aterrado ante la visión de la muerte en el interior de las cámaras de gas decide hacer lo que pueda para evitarlo.
Pone en conocimiento de la Iglesia esta atrocidad, pero solo encuentra indiferencia.
Solo un jesuita, Ricardo, le escucha y se lo comunica al mismo Papa Pío XII (Eugenio Maria Giuseppe Giovanni) que le da escasa importancia y llena sus discursos de repudia de palabras vacías.
Gavras denuncia la indiferencia con la que reaccionó la Iglesia como institución ante los horrores nazis e incluso como colaboró para la salvación de eminentes alemanes.
La peli, a pesar de ciertas carencias narrativas y artísticas, funciona bien y obtiene sus fines.
Lamentablemente no todo está dicho de la Segunda Guerra Mundial y de las atrocidades que se cometieron.
El asesinato masivo como industria es algo impensable y totalmente deleznable, pero los que pudieron evitarlo y se mantuvieron pusilánimes merecen también nuestra reprobación.
No olvidemos que Costa-Gavras es director también de pelis del llamado cine denuncia como Missing (Desaparecido) y Z.
Esta secuela, de la peli de hace quince años, da lo que promete:
– Una historia incoherente que bebe del absurdo y de la zafiedad.
– Unos personajes penosos.
– El mundo de la moda ridiculizado hasta la extenuación, para que la burla se vuelva sobre sí misma y se convierta en loa.
– Momentos hilarantes, en un contexto general ausente de imaginación.
– Ben Stiller dispuesto a todo como director y protagonista para conseguir un taquillazo.
– Will Ferrell desatado.
– Todos los personajes luchan a ver quien es el más tonto, pero gana Stiller.
– Deudora del éxito tardío de su antecesora, tiene menos gracia.
– Penélope Cruz con una sorprendente vis cómica. Está como un queso.
– Cameos de personajes de la moda, que como no conozco no me aportan nada…
La peli de tan mala, de tan penosa se convierte en buena.
Que nadie acuda al cine esperando otra cosa.
Si uno va a ver Zoolander No. 2, no se puede quejar. Debe saber a lo que va.
La peli no defrauda, no engaña. Da lo que promete.
Carlos Boyero escribe:
“Solo recuerdo un gag en esta película que haya logrado transformar mi expresión de Buster Keaton. (…) Creo que sonreí, pero ahí se acabó mi diversión.”
Yo he tenido más suerte que Don Carlos. Me he reído varias veces y no me ha defraudado.
No se qué se pensaba encontrar. ¿Primera plana de Wilder? o ¿Ser o no ser de Ernst Lubitsch?
Documental de noventa minutos de duración presentado por Meryl Streep.
Intervienen cineastas de prestigio como Peter Bogdanovich, Martin Scorsese, Spike Lee, Sidney Lumet, Lauren Bacall y otros de menos talla como Edward Burns.
Un recorrido por la historia y los géneros cinematográficos que han usado la Ciudad que nunca duerme como escenario.
No olvidemos que el cine en los USA nació en Nueva York.
Actualmente se siguen rodando cientos de producciones por la política de la ciudad que favorece estos eventos.
Me ha hecho gracia la anécdota sobre los platós que se realizaron en Hollywood en los años veinte sobre las calles de Nueva York.
Las vías de esta ciudad están trazadas en línea recta. En los estudios, terminaban en curva para que la calle tuviera un fin si no hubiera sido imposible realizarla en un estudio cerrado.
En esta ciudad hay sitio para el amor, la violencia, el romanticismo, el crimen, el dinero, el lujo, la pobreza, la esperanza, el deseo, la música, la velocidad, la soledad, la multitud, la corrupción, la generosidad, el cielo y el infierno… Eso y mucho más es Nueva York.
Es la ciudad que más catástrofes ha soportado (en el cine, claro).
Lo mejor que veáis el documental que os pongo abajo.
Relata el amor entre una señorona, Cate Blanchett, y una dependienta con ganas de ser fotógrafa, Rooney Mara.
Es una historia de amor homo en los años cincuenta.
Carol es una peli detallista, delicada, cuidada al extremo, compuesta de planos bellos y perfectos.
Los sentimientos se intuyen o se manifiestan levemente, no quiero decir que no haya pasión, pero es femenina, sin estridencias.
En Carol todo es exquisito, refinado, pulcro, delicioso, placentero, edulcorado, elegante, distinguido…
La historia de amor se complica con una trama de extorsión en pleno divorcio para conseguir la custodia de la hija de Carol.
El personaje de Cate Blanchett termina aceptando su condición y claudicando ante su esposo. Tal vez para la época sea lo más avanzado, pero en este siglo XXI sería una solución penosa.
De toda la historia solo me molesta que Carol es una mujer (muy perfecta) pero que no tiene ni oficio ni beneficio y su vida discurre confortable, burguesa y ociosa.
Pero a Cate Blanchett se lo perdono todo.
Carol es una de las grandes pelis del año pasado (o como diría Rajoy “pasao“).
El Rayo es el nombre que Hassan da a un viejo tractor que compra para llevarlo a Marruecos.
Se trata de una road movie, con lenguaje de documental, aunque parece ficción.
Su simpático protagonista va viviendo peripecias diversas para conseguir su objetivo.
La filosofía de Hassan es clara: “si no madrugas aquí o en Marruecos y si no trabajas, no sobrevives”.
La mayoría de los personajes con los que se encuentra le ayudan, e incluso la Guardia Civil se muestra comprensiva cuando le impide circular, pero el inmigrante se las apaña para tirar adelante.
La peli resulta muy entretenida, a pesar de su sencillo guión.
Magnífica la fotografía luminosa y nítida que recoge las tierras de Ciudad Real y Andalucía.
Todos los amigos que la vimos en el Cine Club Alcarreño (Ana, Rafa y Daniel) salimos encantados.
Spike Lee nos relata un día en el barrio de Bedford-Stuyvesant en Brooklyn.
En sus calles pululan personajes que son descritos con cierto cariño y que son bien presentados.
Hay un aire caricaturesco en estos individuos.
En este barrio está la Pizzería de Sal (Sal’s Famous Pizza), regentada por un padre y sus dos hijos.
Sal (Danny Aiello) es italoamericano, un hombre de carácter fuerte que ha visto crecer a los jóvenes que van desde niños a comer sus pedazos de pizza, pero su hijo Pino, interpretado por John Turturro, es racista e intolerante.
Cuando salta el conflicto Mookie (interpretado por el propio director) lanza un cubo de basura a la cristalera de la Pizzería. Los negros se lanzan a la destrucción del local, descargando su ira por la muerte a manos de la policía de Radio Raheem.
¿Con ese gesto Mookie impide que Sal y sus hijos sean víctimas (físicas) de la rabia de los residentes?
O tal vez, ¿desate un conflicto que se hubiera podido solucionar?
¿Es el héroe o el villano?
Spike Lee enfrenta las dos posturas en las reivindicaciones raciales: la de Malcolm X y la de Martin Luther King.
No toma posición, pero las dos las admite como posibles.
La peli refleja, de manera certera, el odio racial que habita en el corazón de muchos norteamericanos.
Negros contra chicanos y blancos. Blancos contra negros. Chicanos contra blancos… Y todos contra asiáticos.
El vendedor coreano salva su negocio gritando: “soy negro“.
El retrato aparentemente amable de los personajes es demoledor con la sociedad que habita en ese barrio pobre, donde no hay parques, ni piscinas, ni árboles en las calles.
Donde tres viejos cascarrabias comentan todo el día bajo una sombrilla con el fondo de una tapia naranja.
Donde los niños se duchan con el surtidor de una toma de riego.
Donde un viejo alcohólico salva a un niño de un atropello.
Donde Mookie se escaquea para visitar a su novia Tina (una maravillosa Rosie Pérez)…
Es la realidad norteamericana, ni más ni menos.
Curiosidades:
Spike Lee originalmente quería Robert De Niro para el papel de Sal (Salvatore Fragione).
Pero De Niro rechazó el papel, diciendo que era demasiado similar a muchas de los personajes que había interpretado en el pasado.
Al final el papel fue realizado por Danny Aiello .
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Todas las escenas de los hombres de la tapia (Robin Harris, Paul Benjamin y Frankie Faison) fueron improvisadas.
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Spike Lee escribió el guión en dos semanas.
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El título proviene de una cita de Malcolm X: “Tienes que hacer lo correcto“.
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Esta película fue inspirada por un incidente real en Nueva York, donde algunos jóvenes negros fueron expulsados de una pizzería por algunos jóvenes blancos en un barrio de Nueva York conocido como Howard Beach.
Es el debut en el cine de Martin Lawrence, en un pequeño papel.
Rosie Pérez no quiso que su cara apareciera en la escena de desnudo. Se sintió mal durante el rodaje, llegando a llorar.
Más tarde decidió que no le importaba y apareció desnuda de nuevo en otras películas.
Una escena clave cuando Danny Aiello y John Turturro hablan en la pizzería fue parcialmente improvisada.
El presidente Barack Obama y su futura esposa Michelle Obama vieron esta peli en su primera cita. También habían propuesto Paseando a Miss Daisy (1989).
Hay una pintada que dice: “Tawana dijo la verdad“.
Hace referencia al caso de Tawana Brawley que fue violada y secuestrada en 1987.
Danny Aiello admitió que casi rechazó el papel de Sal cuando vio que interpretaría al dueño de una pizzería, creyendo que era un estereotipo de perezosos italiano-americanos.
La palabra “fuck” se utiliza aproximadamente 240 veces en esta película, a razón de dos por minuto.
Aunque Rosie Pérez, que interpreta a Tina, es una parte importante del reparto pero nunca sale de su apartamento y solo interactúa con Mookie.
Laurence Fishburne se le ofreció el papel de Papá Amor, pero lo rechazó.
El edificio de la Pizzería de Sal no existía antes del rodaje.
Se construyó sobre un terreno vacío por la compañía de producción, y posteriormente fue demolido cuando concluyó el rodaje.
En 2007, el American Film Institute clasificó esta peli en el puesto 96 de las más grandes de todos los tiempos.
Wesley Snipes rechazó un papel en la película por protagonizar Una mujer en la liga (1989), dirigida por David S. Ward.
La primera opción de Spike Lee para el papel de Pino fue Matt Dillon.
Radio Raheem lleva en sus manos los anillos de amor y odio en un claro homenaje a La noche del cazador de 1955, al predicador interpretado por Robert Mitchum.
La secuencia del baile del inicio de Rosie Pérez se inspiró en la secuencia de apertura de crédito con Ann-Margret en la película Un beso para Birdie (1963).
Spike Lee rechazó un papel en Más duro que el cuero (1988) para dirigir esta película.
A Paramount no le gustó el “tono” de la peli y rechazó distribuirla. siendo finalmente Universal la encargada.
Spike Lee dedicó su tiempo libre durante el rodaje de la peli a escribir el guión de Cuanto Más, ¡mejor! (1990).
La peli se desarrolla el 5 de agosto de 1989.
Se incluyen entre los “1001 películas que hay que ver antes de morir “, editado por Steven Schneider.
El mundo sigue es posiblemente la peli española más maldita.
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Aunque fue terminada en 1963 la censura se encargó que su estreno fuera dos años después en un cine de barrio de Bilbao (el cine Buenos Aires), sin que el propio director lo supiera.
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El mundo sigue quedó en manos de Juan Estelrich hijo, cineasta ahijado de Fernán-Gómez y cuyo padre coprodujo la película.
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Adolfo Blanco, distribuidor de A Contracorriente se enteró del proceso y le propuso su re-estreno en varias salas en 2015 y su edición en DVD.
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Por ello podemos disponer de ella más de cincuenta años después de su realización.
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Fernán Gómez uso como material la novela del falangista Juan Antonio Zunzunegui.
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Pensó que por el origen del material y por los nuevos aires del Régimen su peli pasaría la censura, pero no fue así.
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Murió sin verla en las salas.
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Estando de ministro de Información y Turismo Gabriel Arias Salgado, no logró convencer a la censura.
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Pero cuando le sustituyó Manuel Fraga, se abrió un poco la mano con la llegada a la Dirección General de Cine y Teatro de José María García Escudero.
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Estalla el Nuevo Cine Español, que arrolla con su crítica social.
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Fernán-Gómez estaba convencido que El mundo sigue iba a conectar con lo que pedía el poder.
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El director invirtió todos sus ahorros en aquella producción, y aceptó todo tipo de trabajos alimenticios en teatro y cine para conseguir fondos.
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Fue muy brutal que no lograra estrenarla.
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El mundo sigue es un retrato social de la época.
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Un lienzo, pintado con trazo fino, sobre la miseria moral y física de una sociedad en la que predomina el machismo, las apariencias, la violencia, la envidia, la avaricia.
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Con momentos impresionantes como esas dos hermanas rabiosas de envidia insultándose y agrediéndose.
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Hay un insulto que me impresionó, cuando Lina Canalejas le espeta a Gemma Cuervo: “… con esos aires de barata…”
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El machismo no disimulado: los hombres se paran a mirar a Lina en su paseo por la calle y se la comen con los ojos.
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Me trae recuerdos de mi infancia la referencia a la quiniela que era un fuente de ilusión semanal.
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El vago, mal marido y padre se convierte en un héroe, incluso a ojos de su suegro, cuando consigue una de catorce.
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Yo actualmente desprecio la quiniela por que une dos cosas que detesto el juego y el fútbol, pero en mi infancia todos jugaban y perdían semanalmente. Luego surgieron las peñas que acertaban todo, pero eso es otra historia.
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Fernando Fernán Gómez se adjudica el papel más despreciable que además es tonto. Me termina cayendo fatal.
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Impresionantes las dos actrices protagonistas. Las dos unos bellezones inconmensurables.
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Gemma Cuervo siempre se ha quejado que la no visibilidad de la peli en su época le impidió ser una actriz de cine famosa.
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Como curiosidad aparecen Pilar Bardem y Charo López en dos pequeños papeles, ambas guapísimas.
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Otro protagonista es el Madrid de la época retratado con carácter documental.
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Una de las mejores pelis de la historia del cine español, felizmente recuperada.
Este trampero y explorador se enfrenta a las fuerzas de la naturaleza y a la más temible de todas: el hombre.
Desde el principio asistimos a una sucesión de apabullantes imágenes que te impiden respirar y que dejan atónito.
La peli no decae, impidiendo el análisis y la recreación de lo que se está viendo y viviendo. Lo cual me obliga a un segundo visionado.
En alguna ocasión, el director mexicano se para, para obsequiarnos momentos a lo Terrence Malick, que dan tiempo a coger aliento y se agradecen.
La virtuosidad de la dirección es inconmensurable con planos secuencia que casi me hacen llorar de emoción.
Decididamente necesito verla de nuevo.
DiCaprio sufre lo que no está escrito y lucha por sobrevivir como un titán, pero escondido tras pieles y mugre no es fácil reconocer su buena interpretación.
Una peli colosal en lo que cuenta, pero sobre todo en cómo lo cuenta.
La alusión a las descargas de pelis del presidente Antonio Resines, en una visión simplista de la cuestión. Echar la culpa de las salas vacías a compartir archivos es una tontería.
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Que se cortaran algunos de los agradecimientos como la intervención de Natalia de Molina.
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Que Nadie quiere la noche se llevara varios premios, aunque de segunda. Una peli que me pareció un coñazo.
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La excesiva duración: casi cuatro horas.
No me invitaron y me tuve que quedar en casa.
La mejores frases de Dani Rovira en el trigésimo aniversario de los Goya:
El cómico malagueño volvió a ser el responsable del humor en la gala de los premios de la Academia de Cine.
Repasamos aquí algunas de sus sentencias más certeras.
– “Bienvenidos a la trigésima gala de los Premios Goya.
También os digo que es el sexagésimo aniversario de TVE.
Yo sé que ahora hay mucha gente en sus casas que acaba de oír trigésima y sexagésimo y se está preguntando:
¿Este tío no era andaluz?
Sí, lo que pasa es que lo he ensayado mucho”.
– “A los mayores os pregunto:
Cuando no había televisión, ¿cómo se colocaban los muebles del salón?
Bueno, ya entiendo, estabais perpetuando…
Mañana tiro la tele”.
– “Treinta años de los Goya.
Hace treinta años, Raphael se había retirado del cine, Camilo Sesto parecía Camilo Sesto, Lola Flores hizo su primer crowdfunding, Juan Echanove estaba en su peso, Enrique San Francisco era Gabino Diego, María Valverde era bebé y Concha Velasco era ye-ye.
Hace treinta años, Fernando Esteso se las levantaba todas a Julio Iglesias. Y lo sabes”.
– “Así como dato, también hace treinta años teníamos presidente del Gobierno. Quién maneja mi barca que a la deriva me lleva”.
– “Entiendo que no se baje el 21% del IVA cultural.
Si no bajan el IVA de comprarse un yate, a mi me da igual porque yo no tengo yate.
Pues lo mismo le pasa a Montoro con la cultura”.
– “En 1987 no había redes sociales, ¿qué pasaba?
Pues que Willy Toledo vivía mucho más tranquilo”.
– “En la cuenta de Twitter de la Academia, han subido una foto mía con Mario Casas en bolas”.
– “El año pasado me rayé.
Nominado a actor revelación con 34 años y dije, madre mía, he llegado tarde, se me ha pasado el arroz del cine.
Este año a revelación están Fernando Colomo (70) y Antonia Guzmán (93).
No hay más preguntas señoría”.
– “Isabel Coixet, ‘Nadie quiere la noche’, ¿es un título adecuado? ¿Tú no conoces a Jorge Sanz verdad?”.
– “Cesc Gay, pedazo de película te has marcado.
Pero también te digo, con buen falo bien se copula”.
– “Ricardo Darín, fíjate si eres bueno que eres argentino y no me has interrumpido todavía”.
– “Cómo agradecer el premio en treinta segundos”, y tras veintinueve intentando hablar entre lágrimas: “Gracias”.
– Antonio Resines, presidente de la Academia, pregunta al presentador:
“Dani, ¿me respetarás?”.
Rovira, con José Luis Cuerda entre el público, responde:
“Un hombre en la gala es un hombre en la gala”.
– “El año pasado vino Antonio Banderas, este año Óscar Jaenada.
Me encanta que en todas las galas a las que voy, esté El Zorro”.
– “Están con nosotros Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Alberto Garzón.
La Academia ha preparado una sala con cuatro sillas, una mesa y un plasma para que habléis los cinco”.
– A Íñigo Méndez de Vigo, actual ministro de Educación, Cultura y Deporte:
“Qué se dice, ¿albóndigas o almóndigas? Mi madre hace de las dos por si acaso”.
– “Señor ministro, ya que es usted una eminencia, intente analizar morfológica y sintácticamente la siguiente frase:
Es el vecino el que elige al alcalde, y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde. No se ría que es su jefe”.
– “Pedro Casablanc, si por cualquier cosa esta noche no te llevas el Goya, yo te voy a mandar un mensaje:
Pedro, sé fuerte”.
– “Nos han llegado a decir que los yogures caducados se puede comer.
Qué es lo próximo, ¿que nos digan que lo mejor del pan de molde es lo verde?”.
– “Enhorabuena y muchísima suerte Luis Tosar, dedícate a esto porque se te da bien”.
– “Javier Bardem, hay un nivel.
Tú has hecho ‘Mar adentro’, yo como mucho podría hacer ‘En la orillita’.
Este hombre ha hecho ‘No es país para viejos’, a mí me ha llegado un guión gracioso andaluz, ‘No es país para siesos’.
Ahora me van a ofrecer ‘Chopped, chopped’, la segunda de ‘Jamón, jamón’. Menos presupuesto”.
– A Penélope Cruz, tras recordar la lista de fatalidades por las que pasaba en ‘ma ma’:
“A tu personaje sólo le faltaba votar a UPyD”.
– “Penélope, ¿vas a ir a la fiesta luego? ¿Vas a ir con él?”, preguntó señalando a Bardem.
Ante la respuesta afirmativa de la actriz, el presentador exclamó:
“Manuela Carmena, jamás te lo perdonaré”.
– “Lorca, la ballena asesina”.
Sí, sé que este no debería estar entre los buenos pero, qué queréis que os diga, soy débil.
Nunca he sido seguidor de la saga Rocky. Las he visto todas y las he olvidado (afortunadamente).
Nunca he comprendido como Rocky se llevó el Oscar a la mejor peli.
En el año 1976 se estrenaron films mucho mejores, infinitamente mejores: Taxi Driver de Martin Scorsese, Todos los hombres del presidente de Alan J. Pakula, Carrie de Brian de Palma, Novecento de Bertolucci, El imperio de los sentidos de Nagisa Oshima, ¿Quién puede matar a un niño? de Narciso Ibáñez Serrador, Marathon Man de John Schlesinger, El Desencanto de Jaime Chávarri, La Profecía de Richard Donner, Las largas vacaciones del 36 de Jaime Camino, Pascual Duarte de Ricardo Franco, Retrato de familia de Antonio Jiménez Rico, Canciones para después de una guerra de Basilio Martín Patino…
Ahora vuelve a ocurrir algo que no me entra en la cabeza que Sylvester Stallone haya ganado un Globo de Oro como mejor actor de reparto y esté nominado al Oscar.
Creed recoge todos los tópicos del cine de boxeo.
Comienza como una peli rutinaria en la que todo resulta previsible y aburrido.
Ni Stallone ni su protagonista, Michael B. Jordan, brillan lo más mínimo.
En sus interpretaciones hay momentos bochornosos.
Solo puedo encontrar una explicación para la ponderación del actor de Rocky: que se trata de un personaje crepuscular que padece cáncer.
Eso conmueve a cualquiera, incluso a un servidor.
Pero resulta muy penoso ver a Stallone balbucear que ya lo sufrió su esposa y que él no quiere pasar por la quimioterapia.
A mí me lleva a la tristeza y al llanto, incluso, pero no por la presencia de Rocky sino porque es un lugar común que mueve sentimientos.
La peli gana mucho cuando su director decide filmar en plano secuencia al principio de la peli una pelea en un reformatorio, breve, pero intenso y cuando rueda un asalto de boxeo en un solo plano.
La cámara se mueve, entre los boxeadores y el árbitro, con soltura, con realismo. Una de las mejores escenas de boxeo jamás vista.
Al final, usando esta vez el montaje, en ese combate mítico, Ryan Coogler sabe trasmitir la épica del boxeo, la épica del esfuerzo, del sufrimiento y de la derrota.
Como veréis no salvo a Stallone, pero sí a su director que demuestra, aunque sea ocasionalmente, que tiene madera de cineasta.
Hubo una peli en 1997 titulada Copland, dirigida por James Mangold, en la que Stallone interpretaba a un policía sordo y fracasado en la que sí demostraba que podía ser un gran actor.
Narra la historia real de Nidhi (15 años, India), Deegii (11 años, Mongolia), Tom (19 años, Uganda) y Albert (11 años, Cuba), dos chicas y dos chicos procedentes de diferentes puntos del mundo que se enfrentan a una prueba que podrá cambiar y mejorar sus vidas para siempre.
Esta peli es muy recomendable para exponer en colegios e institutos.
Es un alegato a favor del esfuerzo y el intento de superación.
Está cargada de buenrollismo.
Se nos plantean situaciones felices con buen final garantizado.
A mí tanto azúcar me sienta fatal. Tuve una hiperglucemia que me obligó a duplicar mi dosis de Metformina.
Ya sé que no es correcto hablar mal de una peli que trasmite valores tan positivos, de los que estamos muy necesitados.
No puedo evitar mencionar algunos peros.
La niña de Mongolia quiere ser contorsionista. Cuenta con el apoyo de su familia. Las figuras que realiza son muy meritorias, pero dudo mucho que eso sea bueno para su salud y su crecimiento.
Si fuera su progenitor no se lo permitiría.
El niño cubano se dedica al boxeo, siguiendo la estela de su padre.
El entrenamiento del boxeo es muy completo y muy entretenido, pero su práctica, no cabe duda, es muy lesiva.
No parece la actividad física más recomendable para un niño en desarrollo.
Tal vez el mayor mérito lo tenga esta niña india, que mientras sus hermanas ven la tele, se dedica a estudiar matemáticas.
Tom, el muchacho ugandés, se esfuerza para ser forestal, a lo cual no debo de objetar lo más mínimo.
También quiero comentar el paisaje que se nos ofrece en segundo plano.
Me ha llamado la atención que la mejor vivienda, donde había más limpieza y mejores instalaciones es en Mongolia.
En cambio en India se nos presentan calles llenas de basura, gente bañándose en un río infecto. Absolutamente deprimente la residencia de niñas para estudiar ingeniería.
Tras un análisis superficial (no soy capaz de nada profundo) podemos darnos cuenta que el mensaje no es tan limpio.
En el documental se da una cifra de los niños que consiguen llegar en India a estudios universitarios. Solo un pequeño porcentaje lo consigue, ínfimo.
¿Qué pasa con los que no llegan, a pesar de haberse esforzado?
Ese es el verdadero problema, a lo que la peli no da respuesta.
El formato de documental es ideal para dar verismo a lo que se contempla, pero esta peli es un falso documental.
Todo resulta artificioso: buenos encuadres, diálogos teatralizados, cámara invisible…
Lo cual resta fiabilidad a lo que es mostrado.
En fin, un buen mensaje no es suficiente para convencerme, si falla el continente y el contenido.
Maud Linder es hija de la primera estrella de cine de todos los tiempos, Max Linder.
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Su padre fue conocido en todo el mundo durante las dos primeras décadas del siglo pasado, fue maestro de Charles Chaplin.
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Un auténtico pionero del arte cinematográfico que permanece injustamente olvidado.
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La peli nos relata la vida de esta estrella de cine que fue mundialmente conocido y, tal vez, por su trágica muerte mundialmente olvidado.
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El documental está muy bien construido a base de las declaraciones de su hija Maud, de muchas imágenes de sus pelis, de la lectura de noticias de la época, de aportaciones de cinéfilos y de alguna dramatización.
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Esta peli es a la vez un homenaje a uno de los grandes del cine y la historia de su hija empeñada en recuperar su memoria que vive dolida por la incomprensible muerte de sus padres.
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Max Linder fue un gran actor cómico que dominaba el gag y el slastic, además fue guionista de muchas de sus pelis.
Imitado, descaradamente por otros cómicos norteamericanos.
Fue un auténtico ídolo de multitudes, con una vida azarosa y dedicada al trabajo y al perfeccionamiento de sus chistes.
Mientras otros se dedicaron a la comedia de trucos o de efectos especiales, él fomentó el chiste dramatizado.
La peli se convierte en un homenaje al actor y a su hija con una lucha vital por salvar el legado de su padre y perdonarle.
Me enfrento a una muchedumbre de niños acompañados de sus padres, armados de palomitas y refrescos con alto contenido en glucosa, en la gran Sala 1 de los Multicines Guadalajara.
El primer acierto de la peli es que sabe llenar salas con un público familiar.
Antes de entrar saludo a mi amigo Jesús Hernando que la ha visto en la primera sesión y me dice que le ha gustado, que respira aire a los ochenta.
Mi predisposición no puede ser mejor.
Pesadillas es una historia bien construida que pretende, y lo consigue, ser cine de entretenimiento.
Había visto el tráiler varias veces y compruebo que me ha destripado la peli. El vídeo promocional te lo cuenta prácticamente todo.
El efecto sorpresa había desaparecido, y lo que veo resulta bastante previsible.
Soy totalmente contrario a ver los tráileres, pero me lo habían puesto antes de varias pelis de los días previos.
Tiene un aire a cine de palomitas muy ochentero. Incluso los monstruos, diseñados por ordenador, no están muy perfeccionados, dando un aire nostálgico al visionado.
Jack Black es un actor que siempre me ha encantado, compruebo que se va haciendo mayor y de jovenzuelo regordete ha pasado a padre mayorcete.
La peli está plagada de acción y de sustillos, de los que encantan a los niños.
Tiene final feliz, como mandan los cánones del cine familiar.
Creo que todos salimos contentos del cine.
Cumple su función con dignidad, con cierto espíritu autoparódico, con buenos diálogos y no esconde ser un homenaje a Jumanji.
Spotlight es el relato de la investigación periodística sobre los casos de pederastia en Boston en el estado de Massachussets.
Se trata de una peli coral con un reparto estupendo.
El título viene de una sección del Globe, un periódico local de Boston, que se dedica a la investigación en profundidad de noticias para la elaboración de reportajes.
Hace falta la llegada de un nuevo director para que se realizara esta investigación con los datos que estaban delante de todos, incluidos periodistas, y que nadie parecía querer ver.
El relato está bien llevado y resulta interesante. No hay épica del periodismo, como se ha podido ver en otras ocasiones.
Los periodistas son currantes que hacen su trabajo de manera laboriosa y constante.
Es muy llamativa la presencia en muchos planos de las Iglesias de Boston.
Funciona mejor la historia que la peli que tiene una realización plana, con pocos momentos emotivos o intensos, pero la trama está muy bien construida.
Respecto al tema, solo decir que es una vergüenza que esto haya ocurrido y ocurra, pero lo que es inaceptable es que durante muchos años la Iglesia como institución lo haya tapado y tolerado.
Lo mejor de la peli son las interpretaciones, el Sindicato de Actores de EE.UU. le concedido el Premio al Mejor Reparto.
Destacar a Rachel McAdams, por la que siento devoción.