El biopic es un género difícil. Suele ser episódico con una línea argumental demasiado quebrada y suele ser hagiográfico.
Esta peli evita lo primero y cae en lo segundo.
Su desarrollo es bastante aceptable creciéndose en la parte final de la peli, la más interesante.
Apela en demasía al sentimentalismo y yo, que soy de lágrima fácil, llegué a llorar en varias ocasiones, incluso a sollozar, llamando la atención del resto del público.
¿Cómo poner mal una peli que me ha emocionado tanto?
Hablando con una amiga profesora comentaba que era perfecta para exhibirla en los colegios. Recordé a mi hija que siempre recuerda como le ponían en clase, durante varios años, la peli, de Richard Attenborough, Gandhi.
Supongo que mis nietos (cuando los tenga) me contarán que les han puesto ésta de Mandela.
Efectivamente, lo mejor de esta producción de 139 minutos de duración y 35 millones de dólares de presupuesto, es el mensaje de pacifismo, de reconciliación.
Justin Chadwick, su director, ha ejecutado una obra impersonal, una peli de encargo que cumple con su misión.
Gente en sitios es un largo (aunque solo dura 83 minutos) realizado a base de empalmar cortos que la mayoría no tienen nada en común. Han colaborado un montón de actores conocidos.
A mí me despertó cierta inquietud. Los hay bastante desasosegantes, pero otros son francamente divertidos.
Unos ladrones entran a una casa y la ven tan sucia que se ponen a limpiar.
Coque Malla busca en una chatarrería un regalo para su esposa, un delco por ejemplo, mientras reflexiona sobre la vida actual…
Lógicamente resulta irregular en su visionado. Gana al cabo de los días cuando superada la digestión lo encuentras más energético de lo que suponías.
Puede volverse en obra de culto conforme pasen los años. Es posible que dentro de dos lustros sea estudiada para comprender la vida en 2013, el año en el que empezamos a salir de la crisis según Montoro.
Acudimos Fer y yo al cine Artistic Metropol a ver el primer largo de David Sáinz.
Me declaro admirador de su magnífica serie Malviviendo, que se puede ver en Youtube y descargar sin problemas.
El director nos ofrece inicialmente una comedia con divertidos diálogos y situaciones tan hilarantes como reales.
Pero de pronto, inesperadamente, da un cambio de rumbo y la peli se transforma en una de asesino en serie, de snuff movies.
La impresión que me ocasionó este giro fue brutal. Salí de la sala trastornado y desconcertado con una gran necesidad de meditar la cuestión, de reflexionar.
Han pasado los días y ya he digerido la peli. Sigo algo aturdido (tal vez sea mi estado habitual).
Veo esta peli después de muchos años. Pero la recordaba perfectamente. Las cosas que despiertan sentimientos que emocionan no se olvidan.
Una de las primeras pelis de Peter Weir, después de haber realizado numerosos cortos.
David Williamson adaptó el guión del libro de Bill Gammage “Los años rotos” que recogía una recopilación de relatos y diarios de los propios soldados que protagonizaron esta tragedia.
La peli solo costó 2,8 millones de dólares pero en su momento fue la peli australiana más cara.
El gobierno australiano se negó a prestar ayuda económica a la producción por considera que el tema era de escaso interés.
Pero al margen del relato del desastre militar de Gallipoli, contado desde un punto de vista cercano pero que da un perspectiva perfecta de la situación, esta peli es una historia de amistad de dos buenos muchachos que acuden a la guerra por diversas razones y que afrontan su destino con alegría.
Bien contada sin grandes alardes se detiene en lo sencillo, en lo cotidiano.
Elena lamentó mucho un final tan triste.
Pero es que la guerra solo trae desgracia. Eso del heroísmo y de la patria es solo un engañabobos.
El fotograma final perdura en la retina de todo el que la ve.
Un día en la vida de unos amigos y compañeros de trabajo.
Son unos fracasados pero que han elegido una manera de vivir tranquila y sencilla y que no la quieren cambiar porque prefieren la amistad antes que otras cosas.
Pero estos fracasados, que 12 años después de verlos en su super de barrio y en su videoclub siguen trabajando juntos esta vez en La Vaquita Feliz (o algo parecido) sirviendo hamburguesas, son nuestros fracasados.
Kevin Smith también los quiere, son sus amigos y vuelve a hacer una peli con ellos de bajo presupuesto, entre otras cosas por que se lo prometió a Jason Mewes, el intérprete de Jay. Le dijo que si dejaba las drogas haría un nuevo Clerks y él actuaría de nuevo.
El universo de Kevin Smith ya nos es familiar y resulta entrañable.
Vuelve a realizar una comedia romántica en la que los enamorados se declaran mientras ven un espectáculo porno entre una asno y un señor vestido de látex. Jamás se ha visto, ni se verá una proposición amorosa así.
La incorporación de Rosario Dawson es un acierto. ¡Esta chica es sencillamente maravillosa! La quiero de nuera.
El debate entre seguidores de Stars Wars y El Señor de los anillos es genialmente antológico.
Esta vez la palabra mierda solo se utiliza 136 veces.
Sigo con el ciclo de Kevin Smith. Me lo estoy tomando en serio.
En esta ocasión Jay y Bob el Silencioso ocupan todo el protagonismo, se embarcan en un viaje incongruente para impedir el rodaje de Bluntman y Chronic.
Estos dos personajes como secundarios son estupendos pero aguantar a Jay toda la peli, soltando las mismas frases y poniendo las mismas caras, es demasiado. Compadezco mucho al pobre Bob el Silencioso.
Como dato ilustrativo, en la peli la palabra “fuck” es pronunciada 248 veces.
Diálogos divertidos, cameos curiosos, crítica al mundo del cine.
Momentos memorables como Gus Van Sant contando dinero, en lugar de preocuparse de dirigir la peli o Mark Hamill autoparodiándose con su mano biotrónica y su espadita láser o a Carrie Fisher haciendo de monjita.
Pero la peli carece de ritmo, es reiterativa y a Jay solo lo quiero ver de secundario ocasional.
Es una de las pocas pelis que ha dirigido Warren Beatty por la que obtuvo el Oscar y el Globo de Oro.
Macroproducción, un gran éxito comercial. Se filmaron más de 140 horas de película, lógicamente cercenada y reducida a 200 minutos.
Su rodaje está lleno de anécdotas. Beatty llegó a repetir alguna escena hasta 100 veces. Perdió mucho peso y tardó en recuperarse varios meses. No pudo realizar promoción.
Las secuencias rodadas en Finlandia tuvieron muchas dificultades. Las horas de luz eran muy escasas y Finlandia obstaculizó todo lo que pudo la filmación, estimulada por La Unión Soviética que no quería que se rodara la peli.
Era una de las pelis preferidas del presidente Reagan.
No la vi en su estreno y ésta es la primera vez.
A pesar de su éxito a mí no me ha gustado nada.
Cuando me veo obligado a declarar que la fotografía es excelente quiere decir que no le encuentro más cualidades.
La historia de amor entre la escritora y el periodista comunista no me dice nada.
El relato de la Revolución Rusa es falso sin emoción y claramente anticomunista. Demasiado tendencioso para considerarlo aceptable.
El personaje protagonista, el propio director, no hace nada para caerme simpático.
Diane Keaton, que nunca me ha parecido una gran actriz, está insoportable, aunque fue nominada.
Todo el desarrollo me parece pretencioso y aburrido. Insufribles las escenas de debate político, intrascendentes y pueriles.
La vimos en casa en dos partes y aún así se me hizo larga, muy larga. De tirón no puedo ni imaginarlo.
Martin Scorsese es un gran director. En 179 minutos hace una alarde de saber colocar bien la cámara y da una lección de montaje, posiblemente uno de los mejores de la historia.
Su peli es, como la vida de estos estafadores, excesiva.
El sueño americano (otra vez más) llevado al cine. O, tal vez, en realidad sea la pesadilla del capitalismo.
Jordan Belfort es un buen comercial, capaz de vender basura y de hacerse muy rico engañando a sus semejantes. Tiene muchas propiedades muy caras, una esposa bella… Pero su vida es un asco. Toxicómano empedernido. Inventa entretenimientos crueles para satisfacer su estupidez. El dinero le da más preocupaciones que alegrías. Este individuo cuenta con el mayor de mis desprecios. Para nada deseo una vida como la suya.
Scorsese se embebe de la vida de Belfort y nos introduce en una atracción de feria de drogas y culos. En lugar de dar la oportunidad al espectador que observe y saque sus conclusiones insiste en explicarnos, con una insoportable voz en off, lo que estamos viendo desde el punto de vista del canalla.
El director se hace cómplice del personaje.
Desde luego es una peli entretenida. Pero, ¿hacían falta tres horas, miles de planos, cientos de personajes (la mayoría poco dibujados) para contarnos esto?
A Leonardo DiCaprio le han dado el Globo de Oro como mejor actor de comedia. Es curioso que la tragedia de esta sociedad enferma, infectada por gérmenes como Jordan Belfort, sea vista como una comedia.
Jonah Hill protagonista de Supersalidos hace una interpretación tan excesiva como brillante, eclipsando, en mi opinión, al guaperas DiCaprio.
Si quieres ver a individuos colocados y a chicas en tetas no saldrás decepcionado.
Dogma es una peli religiosa, concretamente católica. Reúne gran parte de la “mitología” de esta religión.
Hay ángeles, apóstoles, profetas, demonios, elegidos… Pero también salen los personajes clásicos de la mitología de Kevin Smith, es decir, Jay y Bob el silencioso.
La peli pretende ser irreverente y reflexiva y lo consigue solo en parte.
Con unos inicios brillantes con escenas muy hilarantes, avanza de manera torpe para terminar naufragando.
Es como si el propio Kevin se viera atrapado por su historia, excesiva y destartalada, y no supiera rematar la faena, incapaz de salir del lío en el que ha metido.
A la catástrofe contribuye decisivamente la presencia del histriónico e insoportable Chris Rock.
El joven Matt Damon, ya intervenía en su peli anterior (Persiguiendo a Amy) en un pequeño papel. Aquí tiene un protagonista, el año anterior ya se había hecho famoso haciendo de soldado Ryan.
Le reconozco momentos graciosos y una idea interesante que resulta menos transgresora de lo esperado. Termina siendo autocomplaciente.
Durante casi dos horas se nos presenta la infancia y los inicios del director para posteriormente repasar casi todas sus películas.
Se usan imágenes y vídeos antiguos de la época de escritor y humorista que son extraordinarios. Aporta aspectos muy reveladores del ingenio de este muchacho.
Las declaraciones de actores, productores y amigos son interesantes. Pero la presencia de su hermana, una especie de manager, es de lo más reveladora.
No ahonda en su vida personal pero tampoco la elude.
Los diálogos del propio Allen contando sus aventurillas de niño son muy divertidos y aleccionadores.
Para mí resultaron muy interesantes las declaraciones sobre el sufrimiento que implica el proceso creativo, con sus incertidumbres y sus dudas. Lo más divertido para Woody es la realización del guión, usando una vieja máquina de escribir, con cortas y pegas caseros con tijera y grapadora.
El documental está muy bien realizado y magníficamente documentado.
Me declaro seguidor del director de Annie Hall (1977), posiblemente he visto todas sus películas, aún así esta peli me ha aportado información que desconocía.
Interesante, aunque el esfuerzo de condensar una obra tan extensa es demasiado pesaroso.
En esta peli hay dos historias complementarias pero diferentes.
La competición deportiva de enfrentarse ante la inmensidad del mar y dar la vuelta al mundo: ¿En solitario? Pues no.
Aunque físicamente, se supone, que debe estar solo, en la embarcación disfruta de todos los medios tecnológicos y de una comunicación permanente con asesores, técnicos y familia.
El desarrollo de la narración resulta muy entretenido. La perspectiva dentro del navío es realista y, en ocasiones, impresionante. Funciona bien como peli de aventuras.
Por otro lado está el apunte del polizón. Él también quiere realizar un viaje hacia el mundo que cree perfecto. Su viaje no es de superación es de supervivencia.
Posiblemente su director, Christophe Offenstein, acierte en presentar a los personajes sin prisas. Y en mostrarnos su relación con unas cuantas pinceladas.
François Cluzet construye un personaje no demasiado simpático pero de manera certera.
A mí me emocionó, me llegó, me entretuvo.
Como dato nefastamente negativo señalar el pésimo asesoramiento médico. Al personaje interpretado por Samy Seghir se le diagnostica una anemia drepanocítica con la toma de tensión arterial y con la auscultación. No sé si echarme al suelo de risa o morir de vergüenza ajena.
Agosto es una obra teatral llevada al cine y eso se nota.
Diálogos entre brillantes y cáusticos en un medio difícil como es la familia.
¡Ay la familia! Esa fuente inagotable de pasiones, tensiones, emociones…
Personas que unidas por la genética o por el amor (en origen) comparten entierros, bautizos, bodas, comuniones, navidades… En ese microcosmos se condensan todo tipo de sentimientos.
El cine y, a veces, la literatura nos ha dado una visión idílica de los padres. Cuando alguien piensa en la madre de otros siempre la supone tierna y bondadosa, entregada a sus hijos. Pero la vida nos da muchos ejemplos que rompen este esquema.
En Agosto, Meryl Streep, no solo lo rompe, lo descuartiza.
Una mujer que sufrió una infancia terrible con una madre cruel, cuestión que parece justificar la mala leche contra sus hijas y sus yernos.
Reconozco las impresionantes interpretaciones de todos los actores y que son la base sobre la que se sustenta esta producción. Tal vez la protagonista un poco pasada de rosca.
Pero el mal cuerpo que te deja la peli no lo perdono.
No apta para público acostumbrado a ver a la familia ideal en el cine.
A partir de aquí voy a destripar la peli hablando de los personajes. Solo porque me apetece.
Si no quieres saber más no sigas leyendo.
Meryl Streep es la matriarca, fumadora y adicta a las pastillas. Se queda viuda de Sam Shepard, alcohólico y posiblemente suicida. Entre las múltiples virtudes de esta madre-madrona está la avaricia y el racismo.
Julia Roberts es una de sus hijas, nunca se le perdonó que se fuera de su casa en Pawhuska, en Oklahoma. Su matrimonio ha sido un fracaso.
Su marido Ewan McGregor la ha dejado por una chica más joven.
La hija de ambos es Abigail Breslin, vegana porque cree que los animales trasmiten el miedo que tienen antes de morir, por lo que es objeto de bromas (crueles) por parte del resto de la familia.
Su futuro tío, Dermot Mulroney, la introduce en el consumo de cannabis y le quiere ver las tetas. Prometido de Juliette Lewis, una chica casi cuarentona, con un pasado poco claro y nada alegre, capaz de perdonarle por conseguir el matrimonio.
Su hermana, Julianne Nicholson, se ha quedado a cuidar de sus padres. Padeció una histerectomía en soledad por no dar explicaciones a su familia.
Su madre se mofa de ella por no haber conseguido novio, pero tiene uno en secreto, Benedict Cumberbatch, un chico apocado. Es su primo y como termina descubriendo su hermano.
La madre de éste, Margo Martindale, lo considera un fracasado y se ensaña con él. Fruto de una relación adúltera, posiblemente descarga su remordimiento en su hijo.
El marido de ésta es Sam Shepard, adicto a la mariguana para conseguir soportar el agrio carácter de su esposa.
En medio de todo este guirigay de familia disfuncional está la criada, una nativa americana, Misty Upham, que asiste con asombro al espectáculo que se le ofrece muy parecido a un coso romano. La única cuerda de toda la función.
Es la tercera peli de Kevin Smith y se le ve más maduro.
Con un presupuesto mucho más reducido que la anterior, unos 250.000 dólares, construye una historia más sólida y adulta.
Mantiene la marca de la casa con sus referencias al mundo del cómic, a La Guerra de las galaxias… Introduce temas nuevos como la homosexualidad y el asunto racial.
Enlaza con Clerks hablando de la chica que se ahogó en la piscina y de Veronica que se lo hizo con un cadáver. También mencionadas en Mallrats.
Kevin Smith se vuelve a reservar el papel de persona sensata como en Mallrats y en Clerks. En esta peli está menos silencioso.
En Persiguiendo a Amy se nos ofrece una reflexión sobre las relaciones de pareja y la influencia del pasado.
Los diálogos, también estupendos, son más adultos con mucho empaque. Los personajes son reales.
Joey Lauren Adams interpreta a la maravillosa Alyssa Jones. El personaje está magníficamente bien construido y la actriz es sensacional, conmueve y emociona. Te adoro Joey Lauren Adams. En aquella época era la novia de Kevin Smith y se basó en sus experiencias personales para construir el guión. Canta ella misma el tema musical.
En contraste Ben Affleck demuestra que desde joven era un mal actor y pone muy bien cara de bobo. Pero quiero hacer constar que es un director como la copa de un pino.
Carlos Boyero escribió sobre esta peli en 1997: “Cruda, graciosa, cínica y lúcida, descarnada y triste, insólita”
En 1966 François Truffaut rodó una fábula futurista (Fahrenheit 451) en la que los libros estaban prohibidos y había buenas personas que memorizaban un texto para que perviviera.
En La ladrona de libros ocurre lo mismo en la Alemania nazi. El gran Truffaut no hubiera necesitado ir al porvenir para contar su historia con mirar al presente y al pasado hubiera tenido suficiente.
En todos los regímenes totalitarios se prohíbe la cultura y como los libros tienen la capacidad de combustión, se queman como representación de esa aberración.
Por otro lado la idea de contar la vida de una familia alemana de clase baja durante la época nazi es original. La visión de esa realidad desde los ojos (grandes, azules y limpios) de una niña es de lo más acertada.
El cine se había resistido a hablar del nazismo desde esta perspectiva. Demonizar a todos los alemanes que sufrieron esa época es lo más fácil. Pero la mayoría de los alemanes fueron víctimas del sistema totalitario y muchos también colaboradores necesarios (no lo olvidemos).
La historia se cuenta con elegancia, sin prisas, sin estridencias, con, en ocasiones, sentimentalismo, una ambientación perfecta, una fotografía excepcional y una música del Maestro John Williams imposible mejor. Solo por la banda sonora ya valdría la pena ver la peli.
La niña Sophie Nélisse llena la pantalla, ya he hablado de sus ojos. Representa la esperanza y la lucha por la libertad y la cultura.
Geoffrey Rush no es un héroe, pero es un hombre de principios que intenta sobrevivir en ese medio tan hostil.
La aparentemente fría madre adoptiva, una Emily Watson en estado de gracia interpretativa.
El muchacillo Nico Liersch hace un papel extraordinario, simpático, optimista, vital…
Su director, Brian Percival, prácticamente debuta en la pantalla grande, habiéndose dedicado a la tele. Se le ha criticado el afán por hacer una peli de diseño para los Oscar, tal vez sea así, pero La ladrona de libros, se vea como se vea, es una buena peli.
Si la primera peli de Kevin Smith se desarrollaba en un supermercado (Clerks), ésta segunda el escenario es un centro comercial.
La peli se rodó en Minnesota al mismo tiempo que los Coen rodaban Fargo.
El guión es también muy sencillo, con una trama que recuerda a series de niños pijos de los noventa (Salvados por la campana, por ejemplo) pero todo salpicado de muy mala leche de diálogos gamberros y escatológicos.
Las referencias a la cultura pop son palpables.
Los comics, con unos títulos de créditos iniciales que son todo un homenaje. Desternillante la reflexión sobre las posibles relaciones sexuales de Superman. Curiosa la presencia de Stan Lee.
La colección de tebeos que aparecen perteneciendo a Brodie son en realidad del director que los recuperó después de haberlos vendidos para financiar Clerks y, debido a su (inesperado) éxito comercial, consiguió recuperar.
La Guerra de las Galaxias vuelve a aparecer, ya en Clerks se hablaba sobre las dos Estrellas de la Muerte.
Aquí Kevin Smith contó con mayor presupuesto, ya que tuvo apoyo de una gran productora, la Universal. Pero el resultado no gustó y su tercera peli volvió a ser independiente.
En esta peli la presencia de Jay (Jason Mewes) y Bob el silencioso (Kevin Smith) es mayor y van adquiriendo más carisma.
Aparecen por primera vez Jason Lee y un jovencísimo Ben Affleck que adquirirán más importancia por su presencia en proyectos sucesivos.
Su coste fue de 27.000 dólares. Kevin obtuvo el dinero vendiendo su colección de cómics, de varias tarjetas de crédito, con el seguro que cobró por el coche que quedó inutilizado por una inundación y tres mil dólares que le dieron sus padres.
Fue rodada en 21 días, más bien en 21 noches.
Smith trabajaba en el supermercado donde fue realizada. Su jornada laboral era de 8 de la mañana a 11 de la noche y durante las tres semanas de rodaje realizaba la peli de las 11 de la noche a las cuatro de la madrugada.
Tuvo que filmar en blanco y negro para abaratar presupuesto y porque la escasa luz no permitía rodar en color. En la peli las persianas no se pueden elevar para justificar la falta de luminosidad dentro de la tienda.
Kevin Smith es el director, guionista y se reserva el papel de Bob el silencioso que junto con el personaje de Jay participan en casi todas las restantes pelis.
La cinta se sostiene con una trama minimalista, con diálogos ingeniosos y con unos personajes simples pero identificables y con personalidad.
Es el paradigma de cine independiente norteamericano realizado con muy escasos medios pero con mucha imaginación y con oficio.
Desde su estreno se convirtió en película de culto.
Voy a iniciar un ciclo de Kevin Smith y que sea lo que Dios quiera.
Vi esta peli en mi época de universitario en un cine club de un colegio mayor. Me impresionó.
Hace dos días me dediqué a ordenar los DVDs y la descubrí. La había comprado hace unos años.
Sus casi tres horas de metraje nos relata la liberación de París.
Un maravilloso blanco y negro y las secuencias documentales entremezcladas dan un sensación de absoluta verosimilitud.
Una de las principales razones que la peli se filmara en B & W eran las banderas nazis. Las autoridades francesas se negaron a permitir que banderas nazis rojas y negras ondearan en París, incluso para una película. Solo permitieron banderas negras y grises.
Es llamativo como todos los protagonistas se ven desbordados por los acontecimientos que van más rápidos que sus expectativas.
René Clément se inició en el neorrealismo y esa influencia se encuentra en esta peli. Durante toda su carrera demostró tener un gran virtuosismo técnico.
La primera unidad que llegó a París perteneciente a la segunda División del general Henri Leclerc estaba formada por exsoldados republicanos españoles. En la escena en la que los primeros vehículos entran en París, se pueden ver los nombres de “Madrid” y “Teruel” rotulados.
Cada actor hablaba su propio idioma durante el rodaje, y por lo tanto la película fue pensada originalmente como trilingüe en francés, alemán e Inglés (con un poco de sueco). Todas las versiones que se han hecho en DVD están dobladas a un solo idioma.
Se utilizaron más de 180 localizaciones reales en París.
Para mí una de las mejores pelis de cine bélico de la historia, con personajes de verdad en ambientes de verdad. Tal vez los que estén más impostados son los actores norteamericanos con cierto tono de grandilocuencia del que, afortunadamente, carecen los actores franceses y alemanes.
Los hermanos Coen vuelven a sorprendernos ofreciendo un producto muy original pero que tiene todas las claves de su filmografía.
El sueño americano vuelto del revés.
Llewyn Davis es un perdedor y posiblemente esté a gusto en ese rol. Si hubiera triunfado sus canciones carecerían de sentido.
Su vida no puede ser peor. Durmiendo en los sofás de sus amigos. Marcado, aunque lo niegue, por la muerte de su compañero. Desagradable con los que le ayudan. Incapaz de conocer a su hijo…
La peli es triste, aunque, como en la vida, hay momentos de comedia.
He leído que hay surrealismo en la peli, estoy totalmente en desacuerdo, todo es de verdad, descarnado.
Llewyn Davis no es un buen tío, como le dice a su sobrino, ni tampoco quiere serlo. Siente el sufrimiento como algo inspirador. Posiblemente el éxito le hubiera matado.
Oscar Isaac da vida a este cantante folk con una intensidad abrumadora.
Sobra decir que hay buena música, buena fotografía, que está muy bien rodada, que el gato Ulises (qué casualidad) lo hace muy bien. Todo ello ya se supone.
No sé a quién recomendársela. Desde luego, abstenerse depresivos y fracasados.
Bien mirado si yo la he soportado cualquiera podría disfrutar de esta magnífica peli .
Hace dos días tuvo que acudir una ambulancia del 112 a los cines donde se proyectaba, una señora había sufrido un ataque cardiaco.
Con estos dos antecedentes no podía dejar de ir a verla.
La peli comienza con una exhibición de las putadas que se les gastan a los comandos americanos durante su formación. Mucha testosterona, mucho sudor, mucha lágrima de sufrimiento. Ninguna chica, ningún negro, todos blanquitos.
Después el director nos da a conocer a los protagonistas. Son personajes planos, sin conversación, dicen palabrotas, eso los hace más varoniles.
Luego los mandan a realizar una misión para cargarse a unos talibanes supermalos. Pero las cosas no van, precisamente, bien y se enfrentan contra una legión de tíos con turbante y cara de pocos amigos.
Cuando estos cuatro seals disparan el moro cae fulminado. Matan la torta.
En cambio, cuando ellos reciben un tiro, les sale sangre pero siguen dando caña y corriendo.
Hay mucha sangre, mucha lesión con pérdida hemática abundante. Se ponen muy sucios. Se tiran por barrancos, dándose unos golpetazos de padre y muy señor mío. Pero nada, siguen como si tal cosa.
Eso sí, todo muy bien rodado, con mucho primer plano de tíos sufriendo, sudando y sangrando.
Hay frases memorables: “Voy a morir. Dile a Nancy que la quiero“.
Por supuesto todo muy patriótico.
Yo soy de corazón fuerte, a diferencia de la pobre señora de hace un par de días, pero de estómago delicado y, la verdad, se me movieron las tripas.
Resumiendo: de lo peor que he visto este 2014.
El mayor problema es que me dan igual los protagonistas.
Que sean blancos y fuertones no es suficiente para empatizar con ellos. A mí de primeras me caen mal. Son lo contrario a mí. Son guapos, robustos pero no gordos, no tienen barriga y hacen deporte. Es imposible que empatice con ellos. Casi había ratos que estaba a favor de los talis (esto es políticamente muy incorrecto). He dicho solo casi.
Albert Casals decide realizar un viaje al otro lado del mundo, de Barcelona a Nueva Zelanda. Le acompaña su novia.
Él necesita una silla de ruedas y van sin dinero, asistidos por la ayuda de personas que van conociendo.
Albert está lleno de optimismo y de alegría y eso lo trasmite al espectador que no puede evitar admirarle.
La narración de los hechos es secundaria, lo importante es el viaje en sí mismo.
Su novia, Anna Socías, es una chica enamorada de Albert, sana pero a la que le resulta difícil seguir el ritmo de éste.
Los padres y la abuela hablan de éste muchacho y llegamos a comprenderlos.
La energía, la fuerza, la vitalidad, la inteligencia y la empatía que despierta este joven son inagotables.
El documental no es en absoluto una sucesión de bellos paisajes y bonitos monumentos, es la peripecia vital de estos muchachos que nos enseñan a vivir y a ser felices.
Solo voy a tener en cuenta lo que he visto en cines de estrenos.
En líneas generales no ha sido un mal año.
Lo peor:
La vida de Adèle – 2013 – Abdellatif Kechiche: La he metido en lo mejor y en lo peor. Peli que sabe trasmitir sentimientos pero rodada de una manera que detesto profundamente. Los críticos se han meado de gusto.
La historia es simple. La familia es un tema eterno de chistes y de pelis.
Siempre he defendido la teoría que no hay nada peor que una cuñada, incluso por encima de la suegra. Pero esta peli me ha enseñado que hay algo más maléfico y eso es la ex.